
La afición balenciana, cansada del pobre nivel de sus jugadores, sumado a la falta de buenos resultados, fue la gota que rebalsó el vaso.
Varios de los jugadores valencianos, declararon que la idea de Sánchez Flores era bastante "defensiva", y por la cantidad y calidad de hombres que poseía, malgastaba a más de uno.
Un caso patente es el de Villa, destinado a la soledad en el ataque, solamente acompañado por David Silva, o alguna que otra escapada de Joaquín o Vicente. Pero el resto, a defender.
Se le dará otra vez a Carlitos Bianchi en el Viejo Continente, ese que le dio la espalda a sus grandes dotes de estratega. Primero en el Paris Saint Germain, luego en la Roma, y hace poco, en el Atlético de Madrid.
Por lo pronto, el interinato lo hará Oscar Fernández, que comandará al equipo hasta que la dirigencia encuentre un técnico que reflote al equipo en la Liga Española y en la Champions.
Otro caso es el del Sevilla, bicampeón de la UEFA, y animador de la última liga de España. Por lo malos resultados -pece a que le ganó 3 a 0 a Valencia en Mestalla- su DT, Juande Ramos, ha sido separado de su cargo. Se ve que no le interesó tanto el equipo sevillano, porque de un momento al otro arregló su vinculación al club inglés Tottenham, que despidió al técnico Martín Scholls.
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